Hola, ¿cómo vamos? Escribir este envío ha sido complicado y salieron varias opciones. Al final he optado por hablar de comida! Veamos cómo sale:
Una cacerola de cobre deja escapar un vaho lento y fragante, invitador. Me asomo y veo una capa roja, muy roja, que cubre el contenido. Es una cobertura espesa de tomate sobre el arroz. Es eso: un arroz de tomate, simplemente. Un plato de la cocina portuguesa que llegó para quedarse en mi vida. Lo comí con una posta de garoupa, el pescado blanco, carnoso y suave, común en el Atlántico africano.
Es el cacimbo, el tiempo fresco del África del sur. Estoy en el restaurante Vuzulense, un histórico del barrio alto en la ciudad de Luanda. Para llegar hay que caminar por una calle llena de barro y charcos, a solo unos metros de la calle principal y de la casa del presidente, en el barrio Miramar.
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