sábado, 30 de junio de 2012

Haitiando: a dos años del terremoto




Puerto Príncipe, 2012

Regreso a Haití, más de dos años después del terremoto que dejó cientos de miles de muertos y la infraestructura del país en el suelo. La infraestructura … porque este es un país que siempre ha sabido levantarse, y lo seguirá haciendo.

Cuando vine en diciembre de 2009, luego de haber atestiguado por más de diez años como el conflicto, los desastres, la política depredadora y tantos intereses dañinos seguían hundiendo al país en la miseria,  me llevé una muy grata sorpresa. Pude observar, sobre todo en el sur, como iba creciendo una dinámica local, con capacidades comunitarias fortalecidas, y con el optimismo y la alegría que siempre a caracterizado a este pueblo. Un pueblo que cuando está alegre canta y cuando sufre también.

El terremoto demostró fehacientemente que en un desastre los extremos no son físicos, sino sociales. Que no es la fuerza sísmica, la aceleración o la cercanía la que determina el producto final, sino la historia, las relaciones socioeconómicas, y la justicia. Un pueblo hiper-explotado, con una historia continua de saqueo, no podía enfrentar una situación como la que se presentó entonces. No pudo el gobierno, no pudo la comunidad internacional presente en el país, no pudieron más de 6.000 militares que venían a cuidar una paz inexistente y ni siquiera se pudieron cuidar ellos, y tampoco pudo la cantidad exorbitante de cooperantes y personas que llegaron cargadas de buenas intenciones, pensando que se podía reparar en unos días la costra de los siglos.

De ahí que el post-desastre se constituyó en otro quizás más grande, con más de un millón de personas en la calle, al desamparo, con una epidemia de cólera que vino con los cascos azules y con la muestra en vivo de lo que significa llegar al extremo: ni los expertos más grandes, ni los miles de millones ofrecidos pudieron cambiar suficientemente las cosas en el corto tiempo.

Hoy, sin embargo, una observación rápida me dice que ahora sí se ve el cambio. Desde la salida del aeropuerto hasta el tránsito por estas calles siempre caóticas y movidas. Ya no se ve tanto escombro, ya no se ven tantas tiendas y covachas esparcidas por todo el paisaje de la ciudad. Las plazas, antes llenas a reventar, hoy están vacías, atestiguando con su mutismo que la cosa se está moviendo.

Un paseo rápido por la calle sigue mostrando una miseria atroz, aún quedan más de 400.000 en personas en campamentos que reubicar, pero ahora parecen funcionar las ideas y el esfuerzo de la gente. No dudo que con muchas deudas y probablemente transgrediendo lo formal y lo políticamente correcto, pero de que otra manera se puede tener impacto en Haití?

Si bien es notorio que en algunos casos se trata de una relocalización del problema, también es cierto que se ha roto esa imagen de inmutable que se había instalado en el país estos últimos dos años.


Lo que está claro es que Haití depende de su gente, y ellos saben bien, porque así ha sido siempre, que cuando todo esto se acabe y cuando se vayan los últimos, será otra vez su ingenio y su alegría lo que les haga seguir adelante.







---------------------------------------
Luis Rolando Durán Vargas
 América Latuanis

viernes, 8 de junio de 2012

¡Nueva casa!


¡Nueva casa!

Durante varias años he mantenido el sitio América Latuanis o Vainas Varias en un dominio web.me.com

Ese dominio está cerrando, así que debí emigrar todo el blog a una nueva dirección. Ahora será mucho más fácil puesto que es precisamente:

www.americalatuanis.net

Agradezco el apoyo y paciencia de quienes lo leen y de quienes reciben correos incordiando con una nueva publicación. A su salud!



---------------------------------------
Luis Rolando Durán Vargas
América Latuanis


Así quedó la versión anterior:

48 países!
 Última bandera recolectada: Arabia Saudita